BUENOS AIRES, 20 May. 17 / 08:42 pm (ACI).- La comunidad de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima de la diócesis de Nueve de Julio, Argentina, manifestó su alegría ante el anuncio de que el próximo 13 de octubre el templo será elevado a santuario.
El pasado 13 de mayo, el Obispo de la Diócesis de Nueve de Julio, Mons. Ariel Torrado Mosconi, dio la noticia a los feligreses que participaban de la fiesta patronal y en el marco de los 100 años de las apariciones de la Virgen a los pastorcitos de Fátima, Portugal.
“Este centro de espiritualidad debe convertirse, como dice el Papa Francisco, en un hospital de campaña. Un lugar en donde los fieles puedan acercarse con la seguridad en que podrán sanar sus heridas”, sostuvo.
Una de las razones por la que se eleva la parroquia a santuario, es el año jubilar por el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima. La segunda, es porque la diócesis de Nueve de Julio fue el lugar que acogió la primera imagen llegada al país el 17 de mayo de 1949 y la convirtió en su patrona.
Mientras se acerca la fecha, se organizarán peregrinaciones y consagraciones los días 13 de cada mes, entre otras actividades. También, se prevé remodelar el templo y sus instalaciones para lo cual Mons. Torrado pidió la colaboración de todos.
El centro de espiritualidad mariano se proyecta como un lugar de meditación donde se realizarán retiros, jornadas, rezos comunitarios, catequesis, escuelas de oración y el acompañamiento espiritual de sacerdotes y laicos preparados para ello.
El 13 de mayo, la comunidad realizó una procesión por las calles encabezada por la imagen de la Virgen de Fátima. Fue acompañada por una banda instrumental bomberos, policías y distintas instituciones civiles.
En la entrada del templo, se soltaron globos blancos y amarillos y palomas para luego, ingresar a la celebración de la Eucaristía. Al finalizar, hubo una representación de las apariciones de la Virgen a los tres pastorcitos.
En su homilía, el Obispo de Nueve de Julio pidió que el “templo pueda ser una comunidad verdaderamente orante y contemplativa tanto de las maravillas de Dios entre los hombres como de las necesidades de los hermanos”.
“Pidamos que la conversión personal y pastoral nos renueve interior y eclesialmente para avanzar por el camino de la nueva evangelización. Pidamos, también, que todos seamos misioneros de unidad, de reconciliación y de paz en cada una de nuestras familias, en la comunidad cristiana y en la sociedad. Así podremos contribuir a la paz en el mundo, como nos piden el Señor y María”, sostuvo.
