Como remedio a las tribulaciones que sufre México, el Arzobispo Emérito de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, pidió consagrar el país México al Inmaculado Corazón de María, tal como lo hizo San Juan Pablo II con Rusia.
En un reciente video difundido por El Universal, el Purpurado indicó que “ante las tribulaciones por las que pasa actualmente nuestro país y la necesidad que tenemos de un buen gobierno, se me ocurre una sugerencia: que nuestros obispos de México consagren el país el 13 de mayo, fecha de la primera aparición de la Virgen en Fátima, al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María; y que cada Obispo haga lo mismo en su propia diócesis”.
Recordó que esta “fue una petición de la Virgen a los pastorcitos de Fátima” y que San Juan Pablo II “en marzo de 1984 consagró Rusia al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, como lo pedía la Virgen en Fátima”.
“Unos pocos años después, sin violencia, sin derramamiento de sangre, cayeron el muro de Berlín y la cortina de hierro que dividía Europa. La Virgen Santísima en Fátima previó tiempos futuros y nos dijo que el remedio era la oración y hacer que Cristo reinara en el mundo y en la sociedad junto con su Corazón Inmaculado”, manifestó.
“Por eso”, prosiguió el Cardenal Sandoval, “me parece que esta sugerencia es pertinente, ojalá que nuestros obispos la pudieran considerar detenidamente, porque en este tiempo de tribulaciones hace falta la voz de los obispos que orienten a nuestro pueblo. Ellos son los líderes religiosos de México y la gente, el pueblo de Dios, espera una palabra de nosotros los obispos”.
Destacó que al consagrar a México al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, “haremos un servicio a la patria y creo que Dios nos lo tomará en cuenta”.
Los frutos de la consagración de Rusia a María
Tras recuperarse del atentado perpetrado por el turco Alí Agca contra su persona, San Juan Pablo II envió en diciembre de 1983 una carta a los obispos del mundo, incluyendo ortodoxos, donde expresaba su intención de consagrar Rusia al Corazón de María.
En ese entonces, Rusia formaba parte de la Unión Soviética que impuso el comunismo en varios países, especialmente de Europa del Este, donde fueron martirizados un gran número de cristianos.
El 25 de marzo de 1984, Fiesta de la Anunciación, en la Plaza de San Pedro, el Papa polaco consagró a Rusia, junto con toda la humanidad y las naciones, a María Santísima y en comunión espiritual con los obispos del mundo.
Sor Lucía, la tercera vidente de Fátima, afirmó que esta consagración “ha sido hecha tal como Nuestra Señora había pedido”.
En 1989 cayó el Muro de Berlín y entre 1990 y 1991 se derrumbó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), debido a factores sociales, políticos y económicos.
9/4/15 ACI Prensa